" El mundo está en las manos de aquellos que tienen el valor de soñar y que se atreven a correr el riesgo de vivir sus sueños"

jueves, 17 de febrero de 2011

Anecdotario Taurino

Los brindis de los matadores antes de comenzar sus faenas de muleta constituyen una costumbre antiquísima. Hay opiniones que la hacen remotarse a la época romana y quieren ver su antecedente en los saludos de los gladiadores que luchaban con fieras.
El brindis torero puede ser una imitación del saludo "Ave Caesar, morituri te salutant".
En los reglamentos taurinos se instaura como obligatorio el hacerlo al presidente de la corrida, al menos como acto protocolario y sin prejuicio de ofrendarlo después a otra persona o al público en general. 
Esto se ha convertido en costumbre rutinaria. La verdad es que todo lo que hace el torero está brindado al público, y que a este no se le debe ofrecer especialmente sino algo excepcional. Ahora se brinda con pocas palabras o ninguna. Pero hasta hace pocos años los brindis eran un pequeño discurso.Los había en prosa y en verso. Se cuidaba mucho lo que se decía.
Así, un novillero que fue a debutar a Murcia llevaba aprendido un bonito párrafo, en elogio de la ciudad y de sus habitantes. Pero el cornúpeta salió difícil y cuando llegó a la hora de empuñar los avíos de matar estaba el torerito tan nervioso y preocupado, que se le olvidó el brindis tan bonito que tenía aprendido. Al dirigirse al palco presidencial, para brindar a la autoridad y a los espectadores, dijo lo siguiente:
- Brindo por el presidente, por Murcia y.... por los murciélagos.

 

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